viernes, 4 de diciembre de 2015

1 FA BLOQUE 04. ESTÁNDAR 04

La diferencia entre las basílicas del Imperio Romano y las de las iglesias construidas posteriormente es en lo que supone su planificación y su función. Además, se nota cierta evolución en lo que se refiere también a la cúpula, pues cada vez más se le van añadiendo pechinas que realizan la tarea de soporte haciendo el conjunto más resistente.

 Una basílica era un suntuoso edificio público que en Grecia y Roma solía destinarse al tribunal, y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el foro. Su función cambió cuando, más adelante, los cristianos aprovecharon la forma basilical y, en muchos casos, los propios edificios romanos para utilizarlos como recinto religioso oficial para la celebración de la liturgia. Después de que el Imperio romano se volviese oficialmente cristiano, el término se usó también para referirse a iglesias, generalmente grandes o importantes, a las que se habían otorgado ritos especiales y privilegios en materia de culto. En este sentido se utiliza hoy la denominación, tanto desde el punto de vista arquitectónico, como religioso.

 
Restos de la basílica de Magencio (izquierda), iglesia románica (derecha).

Respecto al plano, las basílicas romanas constaban de tres naves paralelas, una central más ancha y otra dos más estrechas. En conjunto, formaban una planta basilical en cuyos extremos estaban la entrada y salida y lo que sería el interior de la cúpula. En el caso romano, las iglesias estaban compuestas de dos naves principales perpendiculares entre sí, formando una planta en forma de cruz con una nave más larga que la otra conocida como planta de cruz latina. Aún así, como ya he dicho, las primeras iglesias cristianas toman como modelo las básicas romanas.

  

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