Como ya se ha mencionado antes, una de las principales características de la escultura era que, estando todavía ligada a la arquitectura, en cada iglesia se encontraba un sermón distinto. Esto quiere decir que lo que hace única a cada una de estas edificaciones es que no tienen un mismo programa iconográfico, tienen diferentes formas de representar las escenas bíblicas y sus enseñanzas cristianas, con una visión especial y un orden específico en cada una.


Dedicada a un público analfabeto e inculto, la escultura era muy esquemática y simple para su fácil entendimiento. Dejando de lado el naturalismo y abandonando los estudios anatómicos y modelos escultóricos de antaño, las expresiones eran en su mayoría relieves hieráticos y desproporcionados con una única intención didáctica y un interés más intelectual. De esta forma se expandió el cristianismo más rápido y a gran escala. Colocadas estrategicamete en las portadas (tímpanos, arquivoltas y jambas) y en los capiteles y claustros, los peregrinos avistaban automáticamente episodios de esta narración escultórica que contenía cada iglesia.
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