Durante el románico se establecieron nuevas bases arquitectónicas que se apoyaban en elementos de distintas culturas, como es el romano (con el arco de medio punto y el tímpano esculpido) o el bizantino (con las pechinas y cubiertas gallonadas). Planteó la dedicación casi exclusiva a levantar iglesias que, gracias a la peregrinación, mantenían cierta homogeneidad por toda Europa, no como en los distintos estilos prerrománicos.
Iglesia de Eunate
Posteriormente, a finales de la Edad Media, comenzaría a darse y desarrollarse un nuevo estilo nacido en Francia, el gótico. Este mejoro muchos elementos del románico que, sumado a la reducida tasa de mortalidad por la ausencia de guerras y epidemias, permitieron elevar las catedrales, y sus pilares, con una mayor altitud. Además se crearon las vidrieras, y elementos que trajeron consigo como el rosetón, consiguieron distribuir el peso mediante nuevos contrafuertes estéticamente más atractivos y más delgados y añadieron hasta cinco naves en la planta de cada catedral.

Catedral de León